PRIMARIA MONTESSORI

“La educación como es concebida hoy día, es algo separado tanto de la vida biológica como social. Las personas son preparadas para la vida, a través de la exclusión de esta misma.”

Maria Montessori

En la etapa de Taller I (6-9 años) y Taller II (9-12 años) correspondiente a la Educación Primaria, niñas y niños se encuentran en lo que María Montessori denominó “el segundo plano de desarrollo” conocido también como la fase de la MENTE RAZONADORA.

 

Las niñas y niños de estas edades suelen caracterizarse por la necesidad de investigación y exploración práctica, por esa curiosidad que les lleva a cuestionárselo todo y una motivación intrínseca para ser los sujetos activos de su propio aprendizaje. Tienen asimismo mayor consciencia de lo que les resulta interesante, y su capacidad imaginativa va en aumento si se les ofrece el marco adecuado para su desarrollo.

 

Además, las niñas y niños en esta edad tienden a trabajar de manera colaborativa y cooperativa, lo que les permite profundizar en una gran variedad de proyectos, desarrollar habilidades sociales como la asertividad y la empatía, y poner en práctica estrategias propias en la resolución de conflictos, logrando de esta manera una gran confianza en sí mismos. Adquieren por tanto el dominio y la integración de las habilidades cognitivas, sociales y emocionales necesarias para enfrentarse a los retos de su momento presente y del futuro.

 

Es por todo lo anteriormente expuesto que en el método Montessori, la etapa correspondiente a la Educación Primaria se denomina Taller, porque si bien el currículo que se imparte es el mismo que en un centro educativo tradicional, la forma en la que se adquieren los conocimientos en Montessori es muy distinta, ya que los alumnos aprenden explorando y experimentando constantemente, como en un verdadero taller. No permanecen pasivos y sentados en un sitio fijo, esperando a que un adulto les diga qué materia o tarea abordar en cada momento, sino que el alumno decide e investiga con todo el material manipulativo que tiene a su disposición, acompañado por el adulto como un guía en su propio aprendizaje. De esta manera, el ambiente educativo y la jornada escolar están organizadas y estructuradas cuidadosamente para permitir que todas sus necesidades se vean satisfechas.

 

 

Por este motivo, el aprendizaje en las aulas de Taller se presenta a su vez bajo una visión histórica, evolutiva e integrada del conocimiento y del desarrollo humano. Con un enfoque global, permite descubrir al niño o niña que todo aquello que va aprendiendo está interconectado, que no se trata de contenidos aislados dentro de unas áridas asignaturas en un currículum, sino de partes interrelacionadas que forman un todo. Descubren así el funcionamiento holístico del mundo que les rodea, que les afecta de manera directa y, por tanto, todo lo que aprenden tiene interés para ellos haciendo que su emoción se ponga en marcha, lo cual es fundamental, ya que la neurociencia nos ha demostrado que la emoción es el motor del aprendizaje.

 

La EDUCACIÓN CÓSMICA es la base sobre la que se construye el aprendizaje en un ambiente Montessori de Taller. Su propósito es compartir el conocimiento y favorecer el proceso de autoconstrucción para desarrollar personas capaces de contribuir a crear un mundo mejor. A través del material manipulativo desarrollado para el alumnado de estas edades el conocimiento es adquirido de una forma natural que hace que no se olvide.

 

Cuarto Creciente Montessori School ofrece también, a tenor de este despliegue integral de cada alumno, áreas de desarrollo fundamentales como son la música, la pintura, las labores de huerto y el multideporte, sin olvidar que todo ello tiene lugar en un ambiente bilingüe ESPAÑOL/INGLÉS, con asignatura en FRANCÉS.

 

Por último, queremos hacer hincapié en que la base de este método es siempre la autodisciplina. Es importante no confundir el respeto por los ritmos del niño con la falta de límites y el libertinaje. La libertad que el niño tiene para explorar el ambiente ha de partir siempre de haber interiorizado el respeto por el resto de las personas con las que convive y el trato adecuado hacia los materiales con los que trabaja. En palabras de Maria Montessori: “Dejar hacer lo que quiera al niño que no ha desarrollado la voluntad, es traicionar el sentido de la libertad“.

 

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